viernes, 15 de marzo de 2013

El nuevo papa Francisco





Annuntio vobis gaudium magnum;                                                     
(Os anuncio con gran alegría:
habemus Papam:                                                                                                   
Tenemos Papa,
Eminentissimun ac Reverendissimum Dominum,                           
El eminentísimo y reverendísimo
Dominum Georgium Marium                                                                                
Señor Jorge Mario
Sanctæ Romanæ Ecclesiæ Cardinalem Bergoglio         
Cardenal, de la Santa Iglesia Romana, Bergoglio
qui sibi nomen imposuit Franciscum                         
Que ha tomado el nombre de Francisco)[1]

Lo que ha ocurrido el miércoles ha sido calificado por algún periodista de “histórico”. Se refieren, desde luego, a que es un hecho de especial trascendencia. En efecto lo es y por varias razones.
En primer lugar es un evento especial porque no todos los días se elige un nuevo papa (tan sólo ha habido 266 hasta ahora), y aún menos frecuente es que se elija un sumo pontífice después de la renuncia del anterior. En segundo lugar es trascendente por ser la primera vez que un papa toma el nombre de Francisco. Además es  trascendental también por ser la primera vez que un jesuita es elegido como papa.
Hasta aquí algunas de las razones por las que lo acontecido el trece de marzo es especial, histórico. Pero hay más, que pueden parecer casi triviales (pero no lo son). Tienen que ver con esos actos simples y cotidianos que parecen irrelevantes pero de los cuales está hecha la vida. Por un lado están los actos de los cardenales, por otro, los del nuevo papa; también están los de los católicos y no católicos.
Por parte de los cardenales el suceso en cuestión es muy importante por dos situaciones principalmente: una, la brevedad del cónclave y otra, la disposición de ánimo que al parecer primó entre los cardenales. Respecto a la primera: la brevedad del cónclave da fe de una unidad especial entre los cardenales y de una actitud de diálogo y acuerdo. Sobre la segunda: parece ser que los cardenales saben que debe haber cambios en la curia y están dispuestos a que se hagan.
Por parte del nuevo obispo de Roma están sus acciones antes de ser papa y sus acciones (que aunque pocas muy significativas) después de su elección como vicario de Cristo y cabeza visible de la Iglesia.
Antes de ser papa, el cardenal Jorge Mario Bergoglio viajaba en transporte público (pudiendo tener automóvil propio y hasta chofer), se preparaba su comida, vivía en un departamento en lugar de en el palacio episcopal y abrazaba con ternura y afecto a los enfermos. Pero ahora, ya siendo papa, ha dado también muestras de una gran humildad y simplicidad; y ha sido desde los primeros momentos de su pontificado que ha dado esas señales. Dan cuenta de ello las primeras palabras que dirigió a los fieles desde la basílica de San Pedro:

«Hermanos y Hermanas, ¡Buenas Noches!
Sabéis que el deber del Conclave era dar un Obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo... Pero estamos aquí... Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo: ¡Gracias! Y antes que nada, querría hacer una oración por nuestro Obispo Emérito, Benedicto XVI. Recemos todos juntos por él, para que el Señor le bendiga y la Virgen lo custodie.»

Después rezó, junto con los fieles, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria, y luego continúo:

«Y ahora, empezamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: los unos por los otros. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Os deseo que este camino de la Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructuoso para la evangelización de esta ciudad tan hermosa.
Y ahora querría dar la bendición,... Pero antes, antes, os pido un favor: antes de que el obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis al Señor para que me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí.
Ahora os doy la bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Hermanos y hermanos os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezar por mi y hasta pronto. Nos veremos pronto: mañana quiero ir a rezar a la Virgen, para que custodie a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.» 
Durante los dos días siguientes también ha manifestado su humildad. Ha querido viajar en el autobús con los cardenales en lugar de ir en la limusina preparada para él. Además ha pagado la cuenta de su hospedaje a pesar de no tener necesidad de hacerlo, ya que el lugar pertenece al Vaticano.

La importancia de llamarse Francisco



Pero esas no han sido sus únicas muestras de sencillez. Ya desde antes había dado un gran mensaje, mediante el importante gesto que mencioné de pasada al inicio. Me refiero al nombre que tomó, pues San Francisco es uno de los mejores ejemplos de santidad en la Iglesia.
Francisco il poverello de Asís, después de una vida muy cómoda, renunció a toda riqueza y vivió muy pobre. Pero no sólo hizo eso. También ayudo a muchísima gente gracias a los bienes y al dinero al que renunciaron sus seguidores. Y por si todo eso no fuera suficiente, evangelizó (i. e., convenció de conocer y seguir el evangelio) a mucha gente y también hizo enormes esfuerzos por lograr la paz. Además fundó la Orden Franciscana y la Orden de las Hermanas Clarisas.
Por eso es Francisco el papa que la Iglesia necesita hoy. El papa Francisco ha elegido su nombre pensando en uno de los santos más importantes (porque decidió ser el menor entre sus hermanos) y que han dado mejor ejemplo de lo que es seguir a Jesús y tomar su cruz. No pudo haber escogido el nuevo papa un mejor santo para interceder por él y tenerlo de compañía en el momento presente de la Iglesia, un momento de grandes dificultades, es decir (como en la época de San Francisco), de grandes oportunidades.


[1] EL CARDENAL BERGOGLIO ES EL PAPA FRANCISCO, Servicio de Información Vaticana, disponible en: http://www.news.va/es/news/el-cardenal-bergoglio-es-el-papa-francisco (consultado el 15 de marzo de 2013).

No hay comentarios:

Publicar un comentario